Una esfera de la vida importante, que nos mueve, que despierta nuestro lado más instintivo y que sin duda está presente en la vida, es la sexualidad. Por eso en este post voy a hablar de este tema, que a pesar de estar tan presente, aún sigue siendo tabú y en ocasiones está lleno de prejuicios e ideas preconcebidas que impiden disfrutar de la sexualidad de una forma saludable y plena.
Para empezar, es importante definir el concepto de sexualidad.
La sexualidad es un impulso vital, es un aspecto central del ser humano que engloba el sexo, pero también los papeles de género, la orientación sexual, nuestra identidad, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción.
Por lo tanto la sexualidad es un concepto amplio, que abarca más que el sexo, y la forma de expresarla y vivirla depende en gran medida de aprendizajes culturales. Además de lo puramente biológico o instintivo y la finalidad reproductiva del sexo, es imposible obviar el aspecto lúdico y social de la sexualidad. El sexo también es una forma de disfrutar, de comunicarse, compartir, expresar sentimientos de ternura, afecto, contacto… Por lo tanto tiene también como finalidad la expresión del amor y el deseo de gratificación personal y compartida.
Las influencias culturales y religiosas en la vivencia de la sexualidad.
Durante muchos años, por influencia de la educación religiosa, se ha considerado la reproducción como único objetivo de la sexualidad y para sostener este concepto se hizo del coito la única forma válida para expresar ese impulso sexual, siendo cuestionadas otras prácticas sexuales con una finalidad puramente lúdica. Debido a este legado, la culpabilidad, la vergüenza o el miedo a la desaprobación por buscar o expresar el placer son comunes en la sociedad occidental.
Además este modelo nos lo pone especialmente difícil a las mujeres, puesto que para una gran mayoría la penetración vaginal no basta para alcanzar el climax (ya que el clítoris –el órgano sexual por excelencia de la mujer- no recibe la atención adecuada).
¡Ya es hora de que vayamos abandonando prejuicios para poder disfrutar y vivir nuestra sexualidad de una forma natural y saludable!
Sé lo que estás pensando: la sociedad ha cambiado mucho en poco tiempo y ahora es mucho más abierta. De acuerdo totalmente, pero hay que tener en cuenta que este legado aún deja huellas. Muchas veces la sexualidad sigue siendo un tema tabú del que cuesta hablar y preguntar con naturalidad ¡incluso con la pareja!, y proponer o permitirse disfrutar de otras prácticas que van más allá del coito, como el sexo oral, la masturbación, el uso de juguetes sexuales o el sexo anal ,por poner algunos ejemplos, resulta incómodo para muchos.
¡Ojo! Esto no quiere decir que no se pueda vivir una vida sexual plena sin realizar todo tipo de prácticas, lo importante es sentirse libre para explorar y para elegir las propias posibilidades sexuales (siempre respetando a tu pareja, obviamente).
“Existen tantas posibilidades de expresar la erótica como personas, por eso siempre se puede explorar y descubrir nuevas formas de vivir y disfrutar de la sexualidad.”
“Cada nuevo descubrimiento del cuerpo humano que ayude al bienestar es digno de reconocimiento”
Otra de las trabas culturales que en ocasiones nos impide disfrutar de nuestro cuerpo (especialmente a las mujeres) es el inalcanzable ideal de belleza y la obsesión por la eterna juventud. ¿Cuánto nos exigimos? ¿Cuántas estamos pendientes de si se me nota la barriga en esta posición o si se me caen los pechos? ¿Cuántas nos escondemos bajo las sábanas o huimos de la luz? ¡Así no hay quién disfrute!
Muchas veces somos nosotros mismos quienes nos sacamos constantemente defectos y nos ponemos pegas. Quizá deberíamos preguntarnos ¿qué es lo que hace que una persona sea atractiva? ¿qué es lo que a ti te atrae de una mujer o un hombre? Quizá nos sorprendamos al darnos cuenta de que el atractivo no tiene tanto que ver con la perfección física y tiene mucho más que ver con la actitud.
Reconcíliate con tu cuerpo, la belleza NO es equivalente de perfección. ¡Quiérete y disfruta de tu cuerpo!
¿Cuáles son los puntos erógenos?
El principal órgano sexual no son los genitales, es el cerebro. El cerebro es el que integra los sentimientos y las sensaciones procedentes de la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto, y es aquí donde se produce la sensación de placer. Este es el director de orquesta que acciona y reacciona, que nos permite abandonarnos al placer, sentir, disfrutar…
A continuación, por orden de importancia, sigue la piel. La piel es capaz de sentir sensaciones placenteras en toda su extensión. ¡Todo el cuerpo es susceptible de recibir placer! ¿Por qué conformarse solo con los genitales?
Es cierto que los genitales están ricamente inervados y por eso tienen un papel central en el placer (en los hombres la zona más sensible es el glande y en la mujer la región clitorideana y el tercio externo de la vagina). Toda la zona perigenital también es muy sensible (el monte de venus, los labios mayores y menores, el escroto, los testículos, el periné, el ano…). El placer que pueden proporcionarnos nuestros genitales es intenso, aunque no es lo único. Desde luego, es mejor no tener prisa para poder disfrutar de estos placeres, y para tener un orgasmo más satisfactorio es necesario que primero se dé el deseo y la excitación. Es más, a las mujeres no suele gustarnos que los hombres ataquen directamente a los genitales (así es cómo lo vivimos, como un ataque). Solemos preferir las caricias, los besos, el coqueteo y luego, cuando ya estamos a tono, continuar adelante.
Otras zonas erógenas que merecen especial atención son las manos, los pezones, el pecho, las nalgas, la cara interna de los muslos, los lóbulos de las orejas, los labios, la lengua, el cuello, el cuero cabelludo, la cara, la espalda, la zona lumbar…
“El erotismo no se limita a una zona en concreto, todo nuestro cuerpo es erótico si así lo sentimos”
Para mejorar tu sexualidad explora tu cuerpo tú solo/a y con tu pareja, y descubre lo que te proporciona placer y cómo te gusta ser estimulado/a. Habla de sexo con tu pareja, dile que te gusta. Nuestra pareja no tiene poderes para leer nuestra mente ¡Dale alguna pista!
¡Ah! Y no solo sirven las manos para acariciar, también puedes utilizar los labios, la nariz, los pechos, el cabello, los pies, las pestañas, plumas, pinceles, pañuelos… ¡Investiga, déjate llevar por tu instinto y sé creativo/a!
Abrir la mente puede llevarnos a descubrir nuevas formas de disfrutar la sexualidad. Deshazte de ideas preconcebidas, ponle imaginación y olvídate del coito como única forma o finalidad del sexo!!!
Si estás interesd@ en el tema y quieres descubrir y mejorar tu sexualidad te recomiendo:
- El libro “Tu sexo es tuyo” de Sylvia de Béjar: texto ameno que habla sobre todo lo concerniente a la sexualidad tanto femenina como masculina. Está más dirigido a la mujer pero indudablemente a vosotros también os recomiendo la lectura. ¡Aprenderéis cosas y nos entenderéis mucho mejor!
- El Blog de Patricia, una compi bloguera que es psicóloga especialista en sexualidad. Pincha aquí para verlo.
- Sobre sexualidad y deseo más concrétamente masculino puedes leer ¿En qué piensan los hombres? de José Bustamante Bellmunt